D.FRANCISCO HUERTAS BARRERO

La Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa Calpe decía de él en 1925 lo siguiente ( pág. 566 , Tomo 28 primero ) :

Médico español nacido en Alcuéscar (Cáceres) el 18 de Diciembre de 1847. Hizo sus estudios en el instituto de San Isidro de Madrid y ea el Colegio de San Carlos, obteniendo el título de licenciado en .¡ Medicina en 187:3 y el de doctor en 1876.. Es médico de número del Hospital Provincial de Madrid casi desde que terminó la carrera, médico honorario de la Beneficencia municipal, consejero de Sanidad, y como tal pertenece á la Junta Central de Sanidad; ha sido individuo del Consejo penitenciario y médico de sanidad militar. En 1904 fue elegido académico de la Real de Medicina, leyendo en el acto de su recepción un trabajo titulado El artritismo y sus manifestaciones cardiovasculares; en abril de 1923 fue elegido senador del reino en representación de dicha Academia. Huertas y Barrero, por sus merecimientos, es uno de los médicos que más alta reputación han alcanzado en España entre sus contemporáneos y está considerado como uno de los primeros clínicos. En el Hospital Provincial de Madrid ha explicado diferentes cursos de clínica médica y su clase siempre estaba concurridísima figurando entre el auditorio muchas personas que poseían el título de médico. Ha formado parte de numerosas comisiones científicas, realizando viajes a París, Londres y Berlín, visitando las clínicas de las poblaciones respectivas. En Extremadura hizo un minucioso estudio del paludismo en aquella región junto con el doctor Mendoza. Es autor de diferentes trabajos y ha dado numerosas conferencias científicas en Madrid y en Barcelona. Merced a sus incansables gestiones durante ocho años cerca de las Compañías de ferrocarriles y de los ministros que se sucedieron en ese espacio de tiempo consiguió que se dotase de calefacción en España a los coches de ferrocarril de tercera clase. En el IX Congreso Internacional de Higiene presentó un trabajo El alcoholismo en Madrid. También presentó otro en el Congreso de Medicina de Roma acerca del Tratamiento de los quistes hidatídicos en el hígado; otro en el de Medicina de Barcelona sobre el Tratamiento de los derrames pleuríticos y otro en el de Medicina de Bucarest acerca de La pelagra. Ha colaborado en numerosas revistas científicas. Es autor, además, de las siguientes obras : La erisipela ; Neumopatías poco frecuentes ; La pleurotomía ; Corazón y vasos (editada en París) ; La viruela ; La diabetes sacarina ; La malaria y su tratamiento y otras.

En el pueblo siempre se le ha conocido simplemente como doctor Huertas. Era hijo de familia humilde. A los 18 años marchó a Madrid con un tío suyo que tenía una barbería y comenzó los estudios de medicina con mucho esfuerzo, estudios que costeaba él mismo trabajando en la barbería.

La primera plaza como médico la obtuvo en Garrovilla ( Mérida ). Hay quien recuerda haber oído contar a sus padres y abuelos que en 1897 hubo una terrible epidemia en Alcuéscar y que el doctor Huertas pasó muchas noches sentado en un sillón atendiendo a sus paisanos. Hemos intentado contrastar el dato entre los más ancianos y nadie hoy día nos confirma el hecho, incluso hay quien afirma que el doctor Huertas nunca ejerció la medicina en Alcuéscar. Quizás estaba de visita en Alcuéscar y le sorprendió aquí la epidemia, o acudió expresamente al conocer la situación. O tal vez la anécdota no tiene base real. Lo que parece seguro es que nunca ejerció formalmente su profesión en Alcuéscar. Fue nombrado hijo predilecto de la villa de Alcuéscar. Tiene calle y hubo un parque con su nombre. Fue médico personal de la élite política de su tiempo ( Castelar, Sagasta, Cánovas...) y de la familia real.

El día 26 de julio de 1933 - durante la segunda República y en el apogeo de su fama - vino el doctor Huertas a su querido pueblo y fue llevado en hombros por la gente, repicaron las campanas y engalanaron las calles con banderas y las mujeres sacaron sus mejores galas a los balcones.

Contaba con las siguientes condecoraciones:

  • Encomienda de Isabel la Católica.
  • Gran Cruz de Isabel la Católica.
  • Encomienda de Carlos III.
  • Gran Cruz de San Jorge de Gracia.
  • Caballero de la Legión de Honor de Francia.
  • Varias Medallas de Oro de Cáceres.
Muchas de estas condecoraciones las ofreció a la Virgen del Rosario a la que tenía gran devoción. El 20 de abril de 1901 le ofreció un misal romano de gran valor. En 1925 un manto y poco después un cáliz dorado y dos cuadros de homenaje en pergamino, todo ello de mucho mérito.

Falleció en Madrid el 3 de diciembre de 1933. El pueblo de Alcuéscar tiene presente su recuerdo y se siente orgulloso de haber sido cuna de personaje tan ilustre.