LA MIEL

La miel fue una de las industrias primitivas más prósperas de Alcuéscar. Nuestras tierras eran muy adecuadas para la cría de abejas por la cantidad y variedad de vegetación y monte pardo que había. Eran muchas las familias que se dedicaban a la cría de colmenas que a veces se formaban en los troncos huecos de encinas y alcornoques.

En aquellos tiempos no era raro oír el estruendo de un enjambre en vuelo, a veces llegaban hasta los alrededores de la iglesia. Los expertos golpeaban cadenciosamente un corcho con un palo y las abejas se iban posando poco a poco hasta que se posaba la abeja reina. Con la reina puesta a buen recaudo el enjambre ya estaba seguro. Estos enjambres eran vendidos o si se disponía de colmenar se llevaba allí para que formasen su propia colmena.

La colmena solía ser una pequeña construcción de corcho - más tarde serían de madera y más grandes - bien cerrada, con un agujero para que las abejas pudiesen entrar y salir. Se ponía las colmenas en grupos, a una cierta distancia unas de otras, siempre buscando el lugar donde más jaras, romero, tomillo y monte pardo hubiera. Según los expertos las abejas son capaces de batir varios kilómetros a la redonda de sus colmenas en busca de polen que libar y alimento.

La técnica era la siguiente : se preparaba un tubo de corcho de unos 50 cm. de diámetro y unos 80 de alto y se metían las abejas para que hiciesen su colmena. Las abejas por instinto y porque es su forma de sobrevivir empezaban rápidamente a hacer las celdas de los panales. En cada colmena hacían cinco o seis panales. La abeja reina se dedicaba a poner huevos, no hace otra cosa en toda su vida. Los panales están formados por celdillas hexagonales en las que depositan la miel y los huevos que pone la reina. Del panal se extrae también la cera. Según el momento del ciclo, los panales más viejos tendrán miel, otros tendrán miel y crías, y otros tendrán polen para la comida de las crías.

En una colmena no puede haber más de una reina así que cuando se prepara una nueva reina tiene que irse con un nuevo enjambre a no ser que la anterior reina haya muerto. La reina saliente y su enjambre esperará unas 24 horas cerca del enjambre que deja, seguramente para dar tiempo a que se reúnan todas las abejas que van a ir con ella. Pasadas 24 horas levantan todos el vuelo y se alejan buscando un lugar propicio para construir su nueva colmena. Generalmente el colmenero está atento a estos movimientos y capturará el nuevo enjambre y lo meterá en un nuevo corcho para seguir aprovechando cera y miel.

La abeja reina no sale nunca de la colmena. Tiene un abdomen enorme, completamente lleno de huevos que va depositando a una velocidad asombrosa. Si por el motivo que sea hay varias reinas, todas menos una deben irse. De no ser así se produce una lucha a muerte entre ellas hasta que sobreviva sólo una.

Cuando llega el mes de julio el colmenero examina las colmenas y saca los panales más repletos de miel, dejando aquellos que tengan muchas crías y poca miel. Se transporta los panales retirados en vasijas generalmente a lomos de caballerías hasta las bodegas donde son prensados para extraer toda la miel que contienen. La miel se metía en vasijas para su comercialización y los panales pasaban a unos calderos con agua hirviendo, para después volver a prensarlos y con trocitos de calabaza hervida se hacía el arrope, dulce que también se vendía por las calles. Lo que quedaba de los panales, ya mas tiesos que un garrote, se vendía para fabricar cera, pero ya fuera de nuestro pueblo.

La última alcuesqueña en el negocio de la miel fue la tía Pilarica, una anciana que salía todos los días con su burro a vender la miel de Alcuéscar por los pueblos. El último pueblo donde la tía Pilarica iba a vender su miel fue Albalá.

Muchas casas tenían prensa de la miel, la mayoría ya habrá desaparecido. Pero aún hoy puede verse una verdadera joya en las bodegas de una casa de la plazoleta de Alcuéscar, junto a la que fue casa de los Pacheco. Se trata de una prensa de piedra que en tiempos se usó para extraer la miel. Ojalá que se conserve muchos años.