MIMBRE

La mimbre era de cosecha propia y se criaba en los ribazos húmedos de los regatos. Cuando se hacía la recolección se cortaba las cañas, se pelaba rápidamente antes de que se retirase la savia y se las ataba juntas y bien rectas. Algunas podían medir hasta cuatro metros. Después se dejaba secar.

Así se conservaba hasta que se vendía o se entregaba al cestero para que hiciera los cestos necesarios. Se hacía con mimbre infinidad de utensilios; cestas de todos los tamaños y formas, con tapadera o sin ella, cestos para la recolección de la aceituna, vendimia, higos, aguaderas con dos asas a un solo lado para transporte en caballerías, etc. Algunos, pocos, hasta se permitían el lujo de hacer cunas para los niños.

Uno de los cestos más típicos y que más se usaba era el de la vendimia. El cestero metía la mimbre en agua durante unos días para poderla manejar mejor. Una vez bien humedecida se podía torcer y doblar muy fácilmente. Los cestos de la vendimia medían aproximadamente metro y veinte centímetros de alto y unos treinta centímetros de diámetro en la boca, un poco más en la parte baja. Tenían una tapadera de esparto para evitar que se saliese el contenido durante el transporte.

Con mimbre también se hacía algunas partes de las sillas. Los sillones y butacas eran totalmente de mimbre.