EL LENGUAJE NATIVO
Leyendo MIENTRAS ESCRIBO de S. King. rememoré parte de mi propia niñez y lo único que tenía escrito acerca de ella. Mi amiga Y colega nuestra Mariana Travacio (ver Ediciones BALTASARA por favor) me confió una vez que su ayuda para salir de la sequía creativa era volver a a nuestro lenguaje de cuna. Digamos, por más individualistas y vanguardistas que pretendamos ser, volver a nuestro primer atisbo racional de la vida, la adquisición del lenguaje. A poco que lo racionalicemos la adquisición del lenguaje se ve como mucho más que como medio de comunicación (contacto externo) o de introspección. NUESTRO LENGUAJE MATERNO acapara un porcentaje de nuestra identidad comparable con el % de H2O de nuestros cuerpos. Pensamos en términos de lenguaje. No hay escape. Lo que tenemos, lo que deseamos tener, lo que nos piden o damos, hasta lo que todavía nos concede tiempo para decidir, ESTÁ INVENTARIADO con el sistema QWERTUYIOP1234. Burgess publicó su NARANJA MECÁNICA en el 62. Como soporte del entramado anticipativo del "lo que vendrá" inventa un lenguaje nuevo. Creo que lo hace adrede. Ese "nuevo lenguaje" no tiene nada de nuevo, salvo el reemplazo de unas convenciones idiomáticas (p.e. yosglovos en lugar de testículos). Algo parecido a interpretar CNJ como CONEJO o CANJE. Ninguna de las modificaciones se entiende salvo en el contexto del lenguaje actual. De forma que el "qué viene" de Burgess anticipa atrocidades nuevas (p.e. tolcochar los yosglovos es patearle los huevos al otro) pero no cambia el lenguaje (Obvio, nadie lo hubiera leído, traducido ni filmado la película) Con 65 años confío aún en Burgess (o su subconciente). Los brutales protagonistas de su NARANJA rompen todo pero no pueden evadir su lenguaje nativo, su raíz conciente. Por una motivación u otra, sabiéndolo o no, Burgess dejó en LA NARANJA la impronta deleble e irreemplazable de su lenguaje nativo.
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