Mi madre pasa de los setenta. Desde años atrás siempre le comenté que, para mantener ágil la memoria y la mente en general, debería usar Internet. A través de una vecina, podía tener la conexión wifi gratis. Ella se negaba, ¡ahí solo hay porquerías y mucho vicio!, comentaba.
Un día, al llegar a su casa, la encontré sentada ante un precioso ordenador personal jugando a un juego compartido con otras amigas on line. Vaya, comenté, por fin te has decido. Sí, me respondió, todas mis amigas en el Centro de Trabajos Manuales lo tenían y al final me han convencido. Los nietos, que son muy listos para estas cosas, se han encargado de instalar todo.
Me dijo que deseaba buscar en la Red unas recetas sobre pastelería y bollería. Muy sencillo, le dije. Pon en el buscador: recetas de... lo que desees y verás que te salen unos cuantos cientos. Seguí con mis cosas y una hora después me la encuentro todavía delante del ordenador. Parecía que le salía humo por la cabeza. ¿Encontraste lo que querías? le pregunté. No, no hay manera, me dijo. Le doy a todas las teclas, escribo lo que busco, pero de recetas no me sale ni una.
Fue entonces cuando comprendí la situación. Con suma paciencia le dije: Mira, ves este icono con una e, pues tienes que hacer dos clics. Esto es el Internet Explorer. Sí, eso ya lo sé pero ahora ¿cómo le digo yo al tío este que lo que quiero son unas recetas? Pues muy sencillo. ¿Ves esta casilla? Tienes que borrar lo que tiene escrito. ¿Y cómo se borra? preguntó, con la vista fija en la pantalla. Pues muy sencillo. Lo seleccionas con el puntero y el botón izquierdo del ratón pulsado y le das a suprimir. Pues, Pepe, no encuentro el “suprimir” ese. Ah, comprendo. En tu teclado tienes que pulsar esta tecla larga con la flecha hacia la izquierda. ¿Y ahora? ¿Cómo sigo? Vale, ahora escribe en esa casilla en blanco: recetas de pastelitos de San Ignacio o lo que desees buscar, después le das a Enter que es esta tecla grande que también tiene una flecha hacia la izquierda. Muy bien. Ahora tienes un montón de direcciones web a tu disposición y deberás abrir aquellas que creas conveniente haciendo dos clics sobre la dirección. En ellas encontrarás las recetas que buscas. Para salir de la web que has abierto, debes hacer clic en la x que tiene arriba a la derecha. Abres otra web y sigues consultando hasta que encuentres lo que buscas. Y para salir del Internet Explorer tienes que usar también la x esa que hay arriba a la derecha. Ah, mira, ya la encontré, esta es la receta que buscaba, exclamó poco después. Ya te dije que era muy fácil. Simplemente con poner “recetas de tal o cual” en el buscador te saldrán un montón.
Sí, claro. Tú lo ves todo muy fácil, pero... ¡ya podía preguntarle yo al “jodío tío este del Internet” por las recetas! ¡Me hubieran dado las tantas de la noche, preguntando!
P.S. En la actualidad, mi madre usa el correo electrónico, el Messenger, el Skype, la cámara y el Internet Explorer con una rápidez y seguridad que para mí la quisiera yo.
_________________ Saludos desde Tarragona - España / Salutacions des de Catalunya - Espanya Los halagos ensalzan nuestro ego, pero una crítica constructiva nos hace más sabios. JGM.
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