Hola Blanca, José, Belén, Alejandro,
Gracias por pasar a leer esta especie de micro y dejar vuestro comentario. La culpable de todo es Belén, ja ja, que me dijo que llevaba mucho tiempo sin colgar nada, y era cierto...
Pero no hay mucha inspiración y están las ideas un poco dispersas, así que eché mano de una que siempre me ronda: ¿cuánto tiempo podría mantenerse el conocimiento si desapareciera cualquier rastro de nuestra civilización, y en qué derivaría?
En esta pequeña historia, como bien habéis captado, el abuelo vivió su infancia en el mundo actual. Después hubo una "gran bola de fuego" y no quedó nada, salvo algunos grupos de supervivientes, reducidos a un estado "salvaje". Tomasín es de la segunda generación nacida en esas condiciones. El abuelo, y otros como él, probablemente tratará de perpetuar sus conocimientos inculcándoselos a los jóvenes. Puedo imaginarlos intentando describirles cómo era el Mundo, explicarles las bases de la ciencia, etc. Pero ¿cómo podrían entenderlo quienes no han visto nada de eso? ¿Cómo explicarle a un niño "salvaje" lo que es la energía, una batería eléctrica, o lo que era un avión? Con símiles, claro, por lo que resulta aún más confuso. El nieto se acuesta pensando que el abuelo, en su niñez, volaba subido sobre pájaros enormes que podían llevar hasta a quinientas personas. Si volviéramos a la cabaña al cabo de quince o veinte generaciones, ¿en qué se habrá convertido la leyenda del abuelo volador? ¿Algunos de los mitos de creación podrían derivar de este mecanismo?
Sois muy amables en vuestra valoración.
Blanca, no vale dar medallas porque yo te di monedas, ja ja, han de merecerse o se devalúan, como el euro. Con "la gran bola de fuego" me evité de un plumazo tener que describir nada.
José, en los diálogos es cuando más se necesita imaginar la acción como si fuera una película. Sólo hay que situar a los personajes y dejarlos hablar. Especialmente si son niños, es lo único que da buen resultado. Como en la torre de vigilancia cerca de Ciurana, ¿recuerdas? Aquí no puse apenas incisos entre parlamentos para no romper la sencillez del relato. Así es,
Belén, sin pretensiones, pero intentando conducir a una pequeña reflexión.
Alejandro, veo que dominas el lenguaje jeroglífico mejor que un egipcio, ja ja. Es un relatín, veo que lo has mirado con muy buenos ojos. Te agradezco el elogio, aunque esta tontería no le llega ni al zapato a tu último texto "El color del cristal...". Están colgados por ahí algunos otros de mis relatos y veo que en alguno, por ejemplo la Fábula de los apresurados, dejaste un comentario. No lo recuerdas pero sí lo leíste. Si quieres leer algo más, aquí tienes un par:
http://alcuescar.com/taller/viewtopic.php?f=11&t=26 http://alcuescar.com/taller/viewtopic.php?f=34&t=19Un abrazo para todos.