Gracias por participar del experimento, Josgar, sí, creo que hay un autor que escribió todo un libro sin pausas, busqué un poco y mira lo que encontré:
Timothy Dexter (1748 – 1806), fue un excéntrico hombre de negocios estadounidense al que la “fortuna” le acompañó en sus “descabellados” negocios.
Era un hombre sin ninguna cultura que a los 8 años ya trabajaba en el campo y a los 16 era aprendiz de curtidor de pieles. Tuvo la suerte de “enamorar” a una rica viuda, Elizabeth Frothingham, que le permitió adentrarse en el mundo de los negocios. Sus “brillantes” ideas dieron lugar a las burlas de sus paisanos, pero la diosa Fortuna le hizo pegar varios “pelotazos”:
Envió carbón a Newcastle (principal productor de carbón inglés). Tuvo la suerte de coincidir con una huelga de los mineros que provocó una espectacular subida de precios por la escasez de oferta.
Calentadores de camas y guantes a las Indias Occidentales (clima tropical). Los calentadores se utilizaron como recipientes para elaborar la melaza y los guantes se exportaron a Siberia.
Se hizo con cantidades ingentes de barbas de ballena que luego vendió a fábricas para elaborar los corsés de las mujeres…
Todos estos éxitos no le sirvieron para ganarse el favor de los más pudientes de la sociedad, incluso lo despreciaban. Así que, se decidió a escribir un libro autobiográfico en el que criticaba la política, el clero y a las mujeres, “A Pickle for the Knowing Ones or Plain Truth in a Homespun Dress” (Un pepino de los que saben o la verdad vestida de estar por casa) [transcripción]. El libro contaba 8.847 palabras y 33.864 letras, pero carecía de cualquier signo de puntuación, y las mayúsculas se insertaban aleatoriamente. En un primer momento, Dexter distribuyó su obra como regalo, pero ganó popularidad muy rápidamente y se publicaron hasta ocho ediciones de la obra.
Fuente(s):
http://historiasdelahistoria.com/2010/12…