Fernando, el pone el anzuelo, el "lleva" a los otros dos a la historia que quiere, el es el centro del Universo, lo que quiere ser. Y es lo que quiero reflejar aunque, sé por experiencia, que lo que quiero transmitir se convierte en otra cosa, con otras ideas hilvanadas.
Por ejemplo,este texto lo hice como cntestación al reto hacia las mujeres de Jósgar de escribir un relato "picantón". Y así comenzó, luego tomó otra vertiente que me interesó más. A mi —y no se si os sucede al resto, y es algo que me gustaría me respondiérais— los personajes y la acción se me rebelan y estrechan lazos con ideas que "pululaban" en mi mente dando un giro radical a la historia y convirtiéndola en otra, muy diferente. Me pasa con frecuencia.
Quiero que quede claro,con las tres historias, el tema central: La fascinación que produce la maldad inteligente, capaz de cambiar vidas, actos y valores.
Porque, no nos engañemos, si Ivette no hubiera "caído, sería una chica preciosa casada y "normal". Igual que el chaval narrador. Una vez maduro sería un mecánico o contable, padre de familia y respetuoso. El viejo (lo veo tan claro) cambió su propia esencia, dejaron lo que eran para ser otra persona. Y eso es lo que quiero decir.
No veo allí el problema, sí en la forma, que no sé si será capaz de transmitir el mensaje.
Un abrazo, amigo.