Letras entre amigos

Abrazos, Mila, gracias por la visita.

Besos.

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Lo había leído en tu blog y ahora aquí, y las dos veces me ha gustado. Sinceramente, creo que la medalla estuvo bien otorgada. Es un cuento corto, contundente, con un final inesperado.

Un abrazo!
Blanca

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El presente es tan efímero que justo cuando lo notamos, se ha esfumado. Escribo para no olvidar esos momentos fugaces.
B. Miosi

http://www.bmiosi.com/

Gracias por segunda ocasión, Blanquita.

Besos.

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Conforme se desarrolla el texto uno va pensando que el padre finalmente muere y que el niño afronta sus enseñanzas con entereza para sustituirle, de alguna forma. Eso desalienta porque sabe a manido. Que el caleidoscopio gire y muestre un escenario inesperado sin que suene al recurso abusivo y sorpresivo de la gran mayoría de los micros para “impactar” al lector un tanto superficial y vago de este tipo de lecturas, lo hace ganarse el valor y el interés que se merece. Un texto breve que se gana más de una lectura, y eso se agradece.
Quizás cambiaría alguna frase que le resta soltura con expresiones recargadas y tanto vetustas, del tipo "aunque el dolor más grande nos atormente el cuerpo o la traición más infame el alma”. Pero eso no le quita lustre a la inmejorable idea de tu planteamiento. Felicidades.

Hola, Lauta.
Sobre la frase que apuntas, también he quedado con esa sensación cuando lo leo, pero es que la considero necesaria para darle al padre el prototipo del hombre recto que inculca disciplina a los hijos.
Gracias por la visita y comentario.

Abrazos.

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HOLA ANSAPE, te contesto ahora aunque lo leí apenas publicado

Coincido con los colegas en la bondad del desarrollo unido al giro final.
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En lo personal, me dan escozor las moralinas. En lo personal, nada más.

Creo que tienes la posibilidad (en otro cuento inverso) de que toda la falsa moralina del padre desemboque en el sacrificio del hijo.

Dirás que soy jodido, y no yerrarás. Pero sostengo que puede ser un buen ejercicio literario, un trastoque de las consecuencias de una educación rígida y venerable que termina sacrificando al inocente (¿pasa en nuestra sociedad?)

un abrazo

Hola, Eduardo.

Copiada tu sugerencia, ya veremos cómo le coloco más adelante una guillotina al hijo.

Abrazos.

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Ansape:

Perdón, Señor Ansape, porque después de dar el paso que has dado en Amazon, eres un señor. He de decirte que al comenzar a leer me ha venido a la memoria que ya lo había leído, y fue en tu blog. Como una flecha me he ido a él y lo he buscado, y con asombro veo que no te lo había comentado. ¡Dios mío! Pues bien te lo comento aquí.

No solo es un muy buen micro, sino que cuentas una historia por la que, desgraciadamente hay niños que han pasado, y es terrible ver como un padre da buenos consejos y que no los sigue.

La violencia llamada de género es uno de los cánceres de este siglo, y espero que se extirpe pronto.

Me ha encantado, y de verdad.

Un abrazo
clarinete

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Un saludo desde Valencia
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Perdona, Clarinete, por la demora en responder,hasta ahora me doy cuenta de tu comentario. Gracias, amigo.

Abrazos.

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