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Dos cero cero dos
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Autor:  pesado67 [ 01 May 2011 06:25 ]
Asunto:  Dos cero cero dos

Dos cero cero dos

¿Como olvidar ese numero? ¿Como olvidarte tan así? Después de que nos amamos.
Por que era amor eso, ¿o solo era una mecánica forma de joder al otro? Como saberlo de ti, si ya estas muy lejos…

Fue un dos cero cero cero, cuando te conocí. Yo en vísperas del divorcio, sensible e idiota, me dejaba querer por toda mano que acariciara mi frente desnuda y desprovista de ideas y sueños.

En cercanía a los cuarenta sentía mi piel colgada a mi cuerpo mis huesos marchitos y pulverizados me dolían de tanto que pesaban. Yo te lo dije en esos primeros días, me sentía morir; moría cada vez que sentado, alineado en el colectivo, esperaba mi turno para llegar a mi habitación. Siempre oscura, siempre húmeda, siempre y siempre.

Con la costumbre a una carne tibia, servida en la cama, puesta en el mantel, me di cuenta enseguida que lo peor que le puede pasar a uno es quedarse en eso, en un sólo numero nominal.

Pero te conocí. Decía una canción antigua. ¿En verdad te conocí, digo fue cierto? O fue la necesidad de inventar una forma de vivir. ¿Por qué diablos te fuiste hoy en este dos cero cero dos? ¿Por qué duro tan poco la felicidad que me invente?
Apenas basto otro dos cero cero uno, para desvanecerse en la niebla de las madrugadas la pasión desbordada, que tejieron nuestros corazones calientes, cuando cayó el rey ante la arrogancia del alfil, azuzada por la porfía de la reina, vengativa, resentida. Todo se acabo, todo se fue al demonio… los dormitorios compartidos, la cocina hasta donde nuestra lujuria cubrió, todo el demonio se lo llevo.

La pequeña televisión del salón azul, se volvió nuestro cómplice y nuestro confidente, en las largas noches de insomnio. Entonces a veces tu mentías, a veces yo engañaba mis ansias y ante el pequeño receptor de sonidos y brillos. Lloraba en silencio.

Quiso Dios, que en este dos cero cero dos, tomaras tus pertenencias y huyeras del nido que convertí esa accesoria alquilada. De eso pasaron tres días, y créeme me muero. Estoy seguro que tu no, que incluso hasta consuelo has encontrado en otros brazos, en otros labios.
¿Será así el amor? ¿O sólo las ganas de joder al otro? Si pregunto, nadie sabe, ni en las lecturas que tanto me aficione hay indicios de esto que sentimos y nos mata.

Como duele amar, si se puede llamar amor, al mecánico esfuerzo de complacer al otro.
Que ni el tequila, ni el mariachi son antídotos a mis recuerdos. Que ni las muchas borracheras y las visitas en silencio al motel sosiegan el escozor que produce la lejana sutileza de la decepción.

¡Perdón! Si te falle, perdón. Que me importa el orgullo, que me importa lo que digan los demás, necesito mi dosis de ti, metida en mi… solo eso necesito en este dos cero cero dos.


mario a.

Autor:  Panchito [ 02 May 2011 22:14 ]
Asunto:  Re: Dos cero cero dos

[centrar]Dos cero cero dos[/centrar]

[justificar]¿Cómo olvidar ese numero? ¿Cómo olvidarte, sin más, después de amarnos?
Porque aquello era amor... ¿O solo una mecánica forma de joder al otro? ¿Cómo saberlo de ti, si ya estás lejos…?

Te conocí en un dos cero cero dos. Yo, en vísperas del divorcio, sensible e idiota, me dejaba querer por toda mano que acariciara mi frente desprovista de ideas y de sueños.

Cerca de los cuarenta, sentía la piel colgada de mi cuerpo; mis huesos, marchitos y pulverizados, me dolían de tanto como me pesaban. Te lo dije en esos primeros días: me sentía morir; moría cada vez que, de regreso en el colectivo, esperaba la hora de llegar a mi habitación, siempre oscura, siempre húmeda, siempre y siempre.

Con la costumbre de una carne tibia servida en la cama, puesta en el mantel, me di cuenta enseguida de que lo peor que puede pasarle a cualquiera es quedarse sin más compañía que su soledad.

Entonces te conocí. Dice una canción antigua: "¿En verdad te conocí?, digo, ¿fue cierto?". O fue la necesidad de inventar una forma de vivir. ¿Por qué diablos te fuiste en este dos cero cero dos? ¿Por qué duró tan poco la felicidad que inventé?

Apenas bastó otro dos cero cero uno para desvanecerse, en la niebla de las madrugadas, la pasión desbordada que tejieron nuestros corazones calientes, cuando cayó el rey ante la arrogancia del alfil, azuzada por la porfía de la reina, vengativa, resentida. Todo se acabó, se fue al demonio; el dormitorio compartido, la cocina hasta donde alcanzó nuestra lujuria, todo, el demonio se lo llevó.

La pequeña televisión del salón azul se volvió nuestro cómplice y confidente, en las largas noches de insomnio. Entonces, a veces tu mentías, a veces yo engañaba mis ansias, y ante el pequeño receptor de sonidos y brillos lloraba en silencio.

Quiso Dios que en este dos cero cero dos tomaras tus pertenencias y huyeras del nido en que convertí esa accesoria alquilada. De eso hace tres días y, créeme, me muero. Seguro que tú no; incluso hasta consuelo habrás encontrado en otros brazos, en otros labios...

¿Será así el amor? ¿O solo son ganas de joder al otro? Si pregunto, nadie sabe, ni en las lecturas a las que tanto me aficione hay respuestas para esto que sentimos y nos mata.

¡Cómo duele amar!, si se puede llamar amor al mecánico esfuerzo de complacer al otro. Que ni el tequila, ni el mariachi son antídoto para mis recuerdos. Ni las muchas borracheras y las visitas en silencio al motel sosiegan el escozor que produce la lejana sutileza de la decepción.

¡Perdón! Si te fallé, perdón. ¡Qué me importa el orgullo, qué me importa lo que digan los demás! Necesito mi dosis de ti, metida en mi… Solo eso necesito en este dos cero cero dos.


mario a.[/justificar]


Código:
[Center][size=150]Dos cero cero dos[/size][/Center]

[Justify]
¿Cómo olvidar ese numero? ¿Cómo olvidarte, sin más, después de amarnos?
Porque aquello era amor... ¿O solo una mecánica forma de joder al otro? ¿Cómo saberlo de ti, si ya estás lejos…?

Te conocí en un dos cero cero dos. Yo, en vísperas del divorcio, sensible e idiota, me dejaba querer por toda mano que acariciara mi frente desprovista de ideas y de sueños.

Cerca de los cuarenta, sentía la piel colgada de mi cuerpo; mis huesos, marchitos y pulverizados, me dolían de tanto como me pesaban. Te lo dije en esos primeros días: me sentía morir; moría cada vez que, de regreso en el colectivo, esperaba la hora de llegar a mi habitación, siempre oscura, siempre húmeda, siempre y siempre.

Con la costumbre de una carne tibia servida en la cama, puesta en el mantel, me di cuenta enseguida de que lo peor que puede pasarle a cualquiera es quedarse sin más compañía que su soledad.

Entonces te conocí. Dice una canción antigua: "¿En verdad te conocí?, digo, ¿fue cierto?". O fue la necesidad de inventar una forma de vivir. ¿Por qué diablos te fuiste en este dos cero cero dos? ¿Por qué duró tan poco la felicidad que inventé?

Apenas bastó otro dos cero cero uno para desvanecerse, en la niebla de las madrugadas, la pasión desbordada que tejieron nuestros corazones calientes, cuando cayó el rey ante la arrogancia del alfil, azuzada por la porfía de la reina, vengativa, resentida. Todo se acabó, se fue al demonio; el dormitorio compartido, la cocina hasta donde alcanzó nuestra lujuria, todo, el demonio se lo llevó.

La pequeña televisión del salón azul se volvió nuestro cómplice y confidente, en las largas noches de insomnio. Entonces, a veces tu mentías, a veces yo engañaba mis ansias, y ante el pequeño receptor de sonidos y brillos lloraba en silencio.

Quiso Dios que en este dos cero cero dos tomaras tus pertenencias y huyeras del nido en que convertí esa accesoria alquilada. De eso hace tres días y, créeme, me muero. Seguro que tú no; incluso hasta consuelo habrás encontrado en otros brazos, en otros labios...

¿Será así el amor? ¿O solo son ganas de joder al otro? Si pregunto, nadie sabe, ni en las lecturas a las que tanto me aficione hay respuestas para esto que sentimos y nos mata.

¡Cómo duele amar!, si se puede llamar amor al mecánico esfuerzo de complacer al otro. Que ni el tequila, ni el mariachi son antídoto para mis recuerdos. Ni las muchas borracheras y las visitas en silencio al motel sosiegan el escozor que produce la lejana sutileza de la decepción.

¡Perdón! Si te fallé, perdón. ¡Qué me importa el orgullo, qué me importa lo que digan los demás! Necesito mi dosis de ti, metida en mi… Solo eso necesito en este dos cero cero dos.


mario a.[/Justify]

Autor:  admin [ 02 May 2011 23:24 ]
Asunto:  Re: Dos cero cero dos

[justificar]Hola Mario,

De entrada este relato no me llamó mucho la atención; un lamento más de desamor, pensé. Pero al repasarlo mejor he cambiado de idea: es un gran texto, una historia "corriente" contada de un modo nada corriente, que nos hace pensar.

Supongo que dos cero cero dos es una referencia al año 2002, en el que sucede la historia. Alguien, en la cercanía de los cuarenta años, está en trámite de divorcio. Se siente en un pozo sin ideas ni ilusiones, incluso con malestar físico. Se siente morir. Se deja acariciar por quien primero llega. Entonces conoce a un nuevo amor que renueva su vida, recupera la ilusión, el placer sexual. Pero muy pronto llegan las mentiras, los resentimientos, la huida de esa nueva compañía, y otra vez la soledad.

Toda la historia es un acierto; esa entrega antes de tiempo, aún en medio del naufragio, con la que no se gana nada sino que hunde más en la miseria. Si se hunde el barco, qué mal, pero si se hunde también el bote salvavidas en el que intentamos salvarnos, entonces todo se pone muy difícil. Este náufrago no buscó tierra firme y ahí erró. Pero así es la vida... Naufragio sobre naufragio.

El panteamiento que haces tanto al principio como al final: porque eso es el amor, ¿o es solo una forma de joder al otro?, es fantástico, de una profundidad que por si sola daría contenido al cuento, aunque hay mucho más.

Estuve pensando todo el tiempo que el protagonista es un hombre, porque está escrito en primera persona y tú eres hombre, es lo habitual. Pero al llegar al final, una frase me descolocó: "Necesito mi dosis de ti, metida en mi…". Tiene tanta fuerza que no me suena completamente metafórica, parece dicha por una mujer. Entonces replanteé y releí, y vi cómo habías sorteado con habilidad establecer el sexo del personaje protagonista durante casi toda la primera parte, hasta que dices"sentado, alineado", y más tarde "...me di cuenta enseguida de que lo peor que puede pasarle a uno es quedarse en eso: solo uno". Ya cerca del final: "Estoy seguro de que tú no." O sea que defines claramente que el protagonista es un hombre. Sin embargo, un hombre no se sentiría mayor para empezar una relación nueva por estar cerca de cumplir los cuarenta; una mujer sí, porque el mundo aún es machista y, si ella desea tener hijos, la Naturaleza también. Lo que no queda definido en ninguna parte es el sexo de la pareja. Uno la imagina mujer, pero eso de "Necesito mi dosis de ti, metida en mi…" me hace creer que estás hablando de una relación homosexual.

Si no es esta tu intención, podrías escribir de otra manera esos párrafos, "sentado, alineado", "lo peor que puede pasarle a uno" y "estoy seguro de que..." y dejarlos en neutro. Así, si al llegar al final el lector se replanteara qué es lo que ha leído, entenderá que quien habla es una mujer. Pero si tu intención es pintar una relación entre dos hombres, entonces me quito el sombrero unas cinco veces porque nunca vi nada tan sutil, ni tan claro, en este tema.

Hay una cosa que no me queda clara, y es la referencia al dos cero cero uno. No sé cómo interpretarla, ¿te refieres al año anterior, al preludio del divorcio del protagonista, comparando la situación tensa con el preludio de esta segunda ruptura?

Como diría Daniel, ¡fabuloso! ja ja ja :hisombrero.gif:

Abrazos[/justificar]

Autor:  pesado67 [ 03 May 2011 01:18 ]
Asunto:  Re: Dos cero cero dos

pues mira.


que cuando uno se pone a fabricar historias en lo menos que repara, es que se le entienda como tal. recuerdas el tema que subio eduardo, y esa frase que para todos, menos para el, el poner las manos en la pretina al frente de la zotea, era la falsa alusion al suicidio.

para todos quedaba bien y esa era la idea que inspiraba el cuento en custion. pero lejos de aceptarla y decir mi carnal

—exacto, eso era, como se me fue a mi escapar...

dijo lo contrario. PARA NADA, ESA NUNCA FUE MI INTENCION.


creo que en este caso tu interpretacion a mi trabajo, fue: MAGISTRAL.


no se si deba confesarte, pero lo hice en respuesta a tu poema, que desgraciadamente derivo en una suerte que mejor olvidamos.


solo un pequeño erro de parte mia. es una pareja heterosexual, no tengo nada contra los compàñeros homosexuales, de hecho hay una historia sin nombre, que me gustaria que le diras una cepilladita, pero en esta no, te pido si no es mucho pedir, que le des los retoques para no tropezar con esas similtudes.


en fin amigo panchito, que deberas estoy en deuda contigo y con ese talento que ya no tenemos por el monmento en otros foros.


saludos y ahi estamos




mario a.



:Mexico.gif:

Autor:  admin [ 03 May 2011 01:46 ]
Asunto:  Re: Dos cero cero dos

[justificar]Comprendo, Mario, pero a ver si nos entendemos para que no haya errores.

-al final, la frase "mi dosis de ti, metida en mí", sólo puede decirla una mujer o un homosexual, ¿vale?

-como la historia no es gay, el protagonista debe ser una mujer, lo que es perfectamente posible cambiando sólo esas cuatro cosas.

-se podría dejar claro que es una mujer, o sea, que la protagonista diga "estoy sentada" o "estoy segura", etc., o dejarlo en neutro todo, como la mayor parte del relato, con lo que los lectores no sabrán de qué va hasta el final. En mi opinión el cuento así gana mucho, será magnífico.

Si he entendido bien, lo que quieres es que haga esas pequeñas modificaciones para que la prota sea una mujer, pero no se descubra hasta el final, con esa frase de mi dosis de ti, metida en mí, ¿vale?

Si no es así, avisa para no hacer trabajo inútil.

Se me ha hecho tarde (aquí es 1:45 am) Mañana por la tarde lo tendrás.

Hasta mañana.[/justificar]

Autor:  pesado67 [ 03 May 2011 01:58 ]
Asunto:  Re: Dos cero cero dos

sobre ese punto.


cuando yo pienso en la droga, de imediato pienso en una jeringa llena de heroina.


o en un carrujo de marihuana, de imediato en exharlo y empujarlo para el interior de mis pulmones.


siempre de afuera hacia dentro, por esa frase de necesito mi dosis (de droga llamase pasion, amor o las dos cosas) dentro de mi cuerpo, elevandome de esta triste realidad, que no acepto)

en lo de de si es hembra o es hombre, me quedo con la idea de que sea mujer, pues si una mujer ve reducida su vida social a esa edad, por las cuestiones de fertilidad.

por mi seria esta, como bien dices;

dejarlo en neutro todo, como la mayor parte del relato, con lo que los lectores no sabrán de qué va hasta el final. En mi opinión el cuento así gana mucho, será magnífico.


como siempre pìenso, tus observaciones son de suprema utilidad, por eso si consideras que asi queda adelante.


gracias amigo


mario a.



:Mexico.gif:



pd. descansa.

Autor:  admin [ 03 May 2011 02:05 ]
Asunto:  Re: Dos cero cero dos

Bueno, pues es tan poco que ya está hecho. Si no te gusta del todo lo comentamos mañana.

Buenas noches, que descanses tú también cuando te llegue tu turno :wtf:

Autor:  ansape [ 17 Jun 2011 02:19 ]
Asunto:  Re: Dos cero cero dos

Una típica historia de desengaño, de la tristeza del que queda pues el que se va sufre menos; lo retrataste muy bien, Mario, y me he dado cuenta que cuando haces alusión a situaciones parecidas, lo plasmas perfectamente.

Abrazos.

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