Cuando la vio pasar, el pobre mozo,
y oyó que le dijeron: "Es tu amada",
lanzó una carcajada,
pidió una copa y se bajó el embozo.

¡Que improvise el poeta!
Y habló luego del placer,
del amor, de su destino;
y al aplaudirle la embriagada tropa
se le rodó una lágima de fuego
que fue a caer al vaso cristalino.
Después, tomó su copa
y se bebió la lágrima y el vino.

Rubén Darío

Gracias, Fernando por subir este tipo de vídeos.

Este lado biológico y científico de Punset me fascina. No tuve tiempo de escuchar toda la entrevista, pero sus dos primeras partes y la idea de la necesidad de amparo me sorprendió e hizo reflexionar.

¡El amparo! algo de lo que muchos y muchas hemos renegado permanentemente y que ahora se presenta como intuición, como base de las relaciones.

Me ha hecho pensar (y es lo que pido a una conversación, un video o un escrito). Terminaré de verlo e intentaré deshacer ese lío que son las reflexiones sobre el amor.

Un abrazo.