Pepa escribió:
Hola Pedro. Este poema si que me ha gusado mucho más. Pero mucho. Este sí que me dice algo. Es posible que no coincidamos en la interpretación, pero es un placer el leerlo. La luna es la personificación de algo que apena al poeta. Habla de tristeza, de rabia e impotencia, de soledad, de amor, a través de un texto que entra solo, musical, con versos muy hermosos llenos de significado.
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Pepa, admirada compañera, creo que en uno de tus relatos te comentaba lo pegado a tierra de su argumento y lo lejos que estaban mis historias, siempre rondando galaxias y constelaciones perdidas. Lo que quería decir es que las tuyas son realistas, que se concretan en hechos cotidianos y que nos involucran en acontecimientos de la vida misma. Por el contrario las mías utilizan la realidad como plataforma de despegue y ya no paran hasta el infinito.
En una ocasión descubrí un dibujo que, dependiendo de la mentalidad del sujeto, veía una cosa u otra. Así se revelaba si su mente percibía la realidad de inmediato o se abstraía dándole otras oportunidades. Allí donde yo veía una figura humana mi acompañante destacaba el trazado de un objeto. Luego, explicando nuestra peculiar perspectiva, fuimos capaces de admirar la del otro.
Es fácil destacar las líneas que en un dibujo muestran un objeto y después las que delimitan la figura humana, pero muy complicado cuando se trata de sentimientos y palabras. Mas ¿qué diferencia este poema de aquellos que no entiendes?
En el que nos ocupa, el lector no tiene dificultad en extrapolar lo que se dice de la luna a una persona. No hace falta se un romántico o un soñador para unir tristezas con penas, rabia e impotencia con desprecio e indiferencia o soledad con distancia. Hay otros poemas que no siguen una línea tan clara y prescinden de la literalidad. En esos casos se necesita una mente menos pegada a tierra que permita ver la figura humana donde otros ven el objeto.
Muchas gracias por pasar y comentar, que no es poco, y también me alegra el que te gustara.
Un abrazo.