Registrado: 23 Jul 2011 11:52 Mensajes: 3044 Ubicación: Tarragona -España
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Recupero este relato y lo dedico a Regina, para que vea lo polifacético que puedo llegar a ser. Se recomienda un mínimo de dos lecturas. Desnuda frente a mí
Siempre dije que este espejo deforma la figura. La hace más rechoncha. Y aunque soy consciente de que mis senos o mis caderas ya no tienen la frescura de años atrás, mi cuerpo no es para nada el que este cristal refleja con su insensible indiferencia.
El carmín sí, eso sí, lo llevo pegado a mi piel: en la boca, en los pezones y en el pubis. Pero hoy no, no me voy a preguntar una vez más si nuestro pasado roto y frustrado debiera unirse de nuevo. Me vestiré, marcharé a mi casa y quizás llore la añoranza o sonría al presente por su complicidad. Mañana me despertará Carla, sentiré el beso inocente y su tierna voz: «Venga, mami, que es domingo y papi me espera para llevarme a comer y al parque de atracciones».
Ronca, y no notará mi ausencia. Al contrario. Mañana, cuando despierte de la borrachera, me encontrará de nuevo aquí, frente a la puerta, con Carla aupada en mis brazos y su ojito pegado al exterior de la mirilla. Él, como siempre, me dará un beso en los labios y repetirá lo de cada semana: «Pasa mañana temprano a recogerla, empiezo el trabajo a las nueve».
No sé por qué he compartido su cama. Él no estaba en condiciones para conducir y lo he acompañado con su coche. Sabe tocarme la fibra sensible. Me ha jurado que, desde que nos divorciamos, ninguna mujer salvo nuestra hija ha dormido en este lecho. Sí, pero… ¿cuántos hombres?, pregunto sonriendo. Me mira fijamente y calla. Eso no quiere desmentirlo, ni jurarlo. Lo hace con malicia, para así dilatar mis dudas hasta el infinito.
Ha sido una casualidad coincidir los dos en la misma fiesta. Lo he encontrado ridículo cuando me ha pedido bailar un “lento”, pero he accedido pues mi acompañante había ido al aseo a vomitar. No me ha importado que llevara los labios pintados, una peluca rubia y unas medias de malla y tacón alto. Podría haberle llamado “mariconazo”, pero de nada hubiera servido. Una vez más, susurrando al oído, me habría dicho: «De eso nada, monada. No necesito salir del armario, pues nunca estuve dentro. Es a ti a quien sigo queriendo, y a Carla; sois lo único que hay en mi vida, nadie más».
El espejo podrá deformarme el físico, pero sé que la firmeza de mis senos se va perdiendo con los años. ¿Vale la pena preocuparse por ello, todo por un hombre? ¿De qué coño me ha servido pasarme esta mañana tres horas en la peluquería y el salón de estética? No pienso volver a ilusionarme por ninguno, no lo merecen. Esta noche yo deseaba la amabilidad, la diversión, la compañía, el arrullo y, por qué no, las caricias y quizás algo más. Lo que no esperaba era aguantar a un pelele alcoholizado, tambaleante, a punto de vomitar, incapaz de mantener un mínimo de autocontrol, aunque solo fuera por respeto a la dama que conoció hace unos días; a esta dama que se refleja en el espejo, con el rímel corrido y el semen de su exmarido todavía entre los muslos.
¡Hombres! Solo son un pañuelo de papel para usar y tirar. Me ducharé y saldré con sigilo. La puerta se cierra de golpe y, aunque son las cuatro de la madrugada, algún taxi encontraré. Mañana volveré a la realidad, al único sentido de mi vida: mi verdadero amor… Carla.
_________________ Saludos desde Tarragona - España / Salutacions des de Catalunya - Espanya Los halagos ensalzan nuestro ego, pero una crítica constructiva nos hace más sabios. JGM.
Última edición por Jósgar el 01 May 2014 02:07, editado 2 veces en total
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