Registrado: 30 Abr 2011 23:39 Mensajes: 3608 Ubicación: Barcelona - España
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Dado que la mitad de mi familia proviene de Murcia, concretamente de Jumilla, no me es ajeno el tema. Aunque, dicho sea de paso, es lo único que conozco de Murcia: Jumilla, Yecla y alrededores. Ni la capital, ni Cartagena... Creo que se podría decir que Murcia es a Cataluña como Andalucía es a Castilla, o Extremadura al viejo reino de León. En los tres casos hay un componente Norte-Sur, algo más que geográfico. Murcia fue fuente de inmigración hacia Barcelona desde hace al menos cien años, especialmente con la construcción de los primeros tramos del Metro. El choque Norte-Sur siempre crea algún roce. Otras costumbres, otro modo de ver la vida, otras necesidades, al menos inicialmente... Por ejemplo, se decía por entonces que algunos murcianos eran esquiroles porque, más cercanos a la miseria, eran más conformistas y temerosos, e ignoraban las huelgas. La sociedad catalana no era racista, creo yo, pero sí muy clasista, como si ser pobre fuera un defecto. Y la mayoría de inmigrantes eran pobres; por eso emigraban. Como ahora. Ser murciano no estaba bien visto. Y corría sotovoce un viejo dicho atribuido a Carlos III: "Ni murcianos, ni gitanos, ni gente de mal vivir quiero en mis ejércitos". Dejando a un lado a los gitanos y mucho más lejos aún a la gente de mal vivir, no era ésa buena recomendación para los que llegaban de Murcia. Y se la oían de vez en cuando. El caso es que no significa lo que parece. Murciar es un verbo de la lengua española que significa robar , y un murcio es un ladrón. El lenguaje, siempre tan importante, jugó una mala pasada al confundir murcios con murcianos. Lo que quiso decir Carlos III es: "Ni murcios, ni gitanos, ni gente de mal vivir quiero en mis ejércitos". Aunque hay que reconocer que la coincidencia de que exista un lugar de España llamado Murcia y que murciar signifique robar tiene mala sombra. y ¿por qué se llama así Murcia? Sigue un interesante estudio toponómico: En esta aportación al Homenaje que se dedica al Prof. A. González planteamos la posibilidad de que el nombre de la actual ciudad de Murcia responda a una antigua denominación cristiana, y de que buena parte de sus primitivos pobladores fuesen descendientes de hispanos educados en el cristianismo. El mirto, que daría origen al actual topónimo, es una planta connumerosas connotaciones religiosas desde época pagana (relacionadas con la fertilidad y laregeneración) y aparece a menudo ligada a las tumbas de los héroes; más tarde, en épocacristiana, se sitúa en estrecha relación con los santuarios y memorias de los mártires. De todo ello se realiza un detenido estudio. La tesis mantenida es que el martyrium de La Alberca (junto con las instalaciones de Los Algezares), que se halla muy próximo a Murcia, habría constituido un importante centro habitado; sería, en concreto, un gran santuario articulado entorno a la memoria de un mártir. El martyrium habría sido justamente el lugar donde tomó forma el topónimo Myrtea/Murtea/Murcia. Durante la dominación árabe, a comienzos del s. IX, la población del santuario y sus inmediaciones pudo verse obligada a desalojar aquel lugaren el transcurso de una serie de discordias civiles, llevando consigo el topónimo murtea hasta el cercano lugar del valle donde fue fundada Murcia. Se recuerdan otros paralelos de trasladode poblaciones y de topónimo.
1. LAS INVESTIGACIONES PREVIAS SOBRE EL NOMBRE DE MURCIA La aparición de la ciudad de Murcia en la historia se remonta a la primera mitad del siglo IX, cuando Abd al Rahman II aparentemente ‘funda’ la ciudad en el año 825/6 para convertirla en la capital de la cora de Tudmir. La región se estaba viendo azotada por las discordias civiles desde el año 822 entre las tribus rivales de los yemeníes y los mudaríes cuyo control escapaba al poder del emir. La ‘fundación’ de la ciudad representa por tanto un intento de terminar con la situación de inestabilidad, no obstante lo cual la guerra no acabó sino en 828/9. Una vez ‘fundada’ Murcia, debía ser destruida la ciudad de Eio (probablemente localizada en las cercanías de Algezares), una de las siete ciudades mencionadas en el pacto que antaño Teodomiro suscribió con los musulmanes y —según el escritor marroquí del siglo XIII Ibn-Idari— el lugar donde se habría originado la guerra civil. Posiblemente Eio era también la ciudad que ostentaba la capitalidad provincial sobre la cora antes de que Murcia viniera a sustituirla en sus funciones. Sin embargo, a la luz de la documentación disponible se ha dicho que tal ‘fundación’ parece haberse hecho sobre un lugar preexistente y que el topónimo Murcia sería anterior a la dominación árabe en España. La historia de la investigación sobre el nombre de Murcia es larga y no está exenta de complejidad. Las hipótesis se han sucedido desde el siglo XVII y se dividen en dos grandes bloques: las teorías que propugnan un origen árabe del topónimo, y las que defienden un origen latino del término. Las hipótesis a favor del origen árabe vinculan el topónimo Mursiya (siempre sin artículo) con la raíz rsy, que aludiría a un lugar fijo, inmóvil, anclado, traducido como fondeadero o embarcadero. El origen árabe fue planteado ya por el canónigo Lozano en 1794 y defendido por Asín Palacios en 1940. Pero la procedencia árabe del nombre Murcia es rechazada hoy día por la mayoría de la investigación. Como recuerda Pocklington, se plantean principalmente cuatro objeciones: 1) las fuentes árabes dicen que Abd al Rahman II llamó a la ciudad Tudmir, pero que la población continuó denominándola Murcia, como antes. 2) Aunque Mursiya tiene la raíz mrs, esta forma nunca aparece en los diccionarios. 3) Se ha comprobado que el topónimo Murcia también aparece en regiones de la geografía de la Península Ibérica donde la huella musulmana fue muy leve o ni siquiera existió 4) y más importante, (Al) Mursiya, que se traduciría como el fondeadero, nunca aparece como tal, es decir, con el artículo, sino desprovisto de él, lo cual pone en duda su origen árabe, pues en árabe los topónimos derivados de nombres sencillos siempre llevan el artículo delante. La hipótesis del origen árabe ha sido abandonada paulatinamente por la mayoría de la investigación. Frente a tales argumentos, el origen romano del topónimo Murcia parece lo más probable. Sin embargo, los defensores de la hipótesis preárabe no se muestran unánimes y la historia de la investigación está jalonada de interpretaciones muy diferentes. En 1621 el licenciado Cascales propuso ver en Murcia un lugar dedicado al culto de la Venus Murcia. De menor interés y hoy día prácticamente desacreditadas son por una parte la teoría de Miguel Cortés López cuando, en 1836, quiso ver bajo el nombre de Murcia un antiguo muro de contención de las aguas del río Segura construido por los cartagineses y llamado Murus Tader, de donde derivaría el nombre de Murcia; y por otra parte, la identificación de Murcia con la antigua Murgis. Estas hipótesis iniciales se han revelado falsas. En primer lugar, no se conoce ningún lugar de culto para la Venus Murcia fuera de Roma; todo hace pensar que el único lugar donde era venerada fue la Urbe, y no hay ninguna prueba epigráfica ni arqueológica que hable del culto a Venus en Murcia. Es cierto que en 1843 se mencionó un relieve perteneciente a un ara romana decorada con lo que parecía una imagen de Venus llevando una «rama de murta»; sin embargo, y según el licenciado Cascales, que ya había visto el mismo monumento en el siglo XVII, tal relieve habría sido en realidad llevado a Murcia desde Cartagena y ni siquiera representaría la imagen de Venus, sino de Atenea con una rama de olivo. La hipótesis de un culto dedicado a la Venus Murcia no resulta por tanto plenamente fiable pese a la similitud del topónimo. Por otra parte, ni las teorías del compuesto Murus Tader, ni la identificación de Murcia con Murgis resisten un examen serio, y ambas posibilidades planteandificultades filológicas e históricas insalvables; el caso de Murgis sería si cabe más insostenible, pues la antigua ciudad se localiza en realidad en Punta de Salinas (provincia de Almería).
En 1951 se hizo el primer intento absolutamente riguroso para explicar el topónimo Murcia. Fue Menéndez Pidal quien demostró la existencia de otras Murcias en la Península Ibérica, que siempre estaban en relación con ambientes húmedos y pantanosos. Propuso explicar el topónimo recurriendo a una originaria (Aqua) Murcida, que traducía como «agua perezosa», y ello sería testimonio de la preexistencia de Murcia como un lugar pantanoso de escasa relevancia. Pero el empuje decisivo a la investigación llegó de la mano de A. González Blanco cuando propuso, en 1981, al igual que hizo Menéndez Pidal, relacionar el topónimo Murcia con el agua y los lugares frondosos, rechazando también la hipótesis de la Venus Murcia. Sin embargo, abandona la hipótesis de Menéndez Pidal sobre (Aqua) Murcida y su interpretación como Agua Perezosa, que sería un topónimo altamente inusual (Agua Muerta sí sería frecuente, pero no se conoce ningún Agua Perezosa); en su lugar propone remontarse al adjetivo romance murcio/a, relacionado desde luego con el término myrteus/murteus, con el significado de «lugar de mirtos» o sencillamente «lugar frondoso». Además mencionó la existencia de numerosas Murcias en La Rioja, tierra de escasa o nula huella musulmana (Huerta Murcia, Huerta de Murcia, Fuente de los Espinares de Murcia, Valdemurcia, Fuente Murcia). Para ver el resto del trabajo de investigación, descargar PDF http://www.amigosdesantaella.com/nombredemurcia.pdf
_________________ Saludos desde Barcelona - España.
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