Letras entre amigos

Yo también me sentí identificado, como Milagros. De joven viví unos años fuera de España. Estaba soltero (aún lo estoy y espero que me dure) y gastaba parte de mi dinero en reuniones y fiestas. Recuerdo la cantidad de vajilla, copas de cristal de Bohemia, artilugios varios de cocina que compré, y un largo etc. Lo pasábamos muy bien, nos divertíamos en un ambiente agradable, amigable y acogedor. Pero cuando todos marchaban, era yo quien tenía que apechugar con el trabajo de lavar, recoger y limpiar. Amén de algún elemento roto en la casa o alguna quemadura de cigarrillo en el sofá recien estrenado o en la mantelería. Siempre había alguna participante con un poco de dignidad que se ofrecía a lavar los platos, pero por causa de la rotura sistemática de aquella tacita con el borde de oro o aquella copa de cristal grabado, decidí que no lo hicieran y prefería hacerlo yo. (Ante una rotura propia siempre somos más comprensivos que ante la rotura de algo por parte de los demás). En la actualidad aún quedan elementos de aquella época en las vitrinas de los muebles de casa. A veces me los miro y recuerdo con nostalgia los tiempos pasados y me digo a mí mismo que es una pena que ahora estén en las vitrinas. Sin embargo, si en el grupo de amistades actuales se decide hacer una fiesta prefiero que sea en un restaurante, pues curiosamente todos hablan de fiestas, banquetes y comilonas, pero ninguno está dispuesto a hacerlas en su propia casa. Por algo será...

Otra cosa diferente es invitar a una persona en concreto o a un familiar o familiares. Pero de banquetes y fiestas en casa, paso; como se suele decir ahora.

Saludos.

P.S. También es cierto que en la actualidad, debido a la recesión y a la tendencia moderna de ir a lo práctico, los banquetes privados no se hacen con el lujo y el poderío de años pasados. Si antes usábamos servilletas de tela con el borde bordado (por poner un ejemplo), actualmente ponemos servilletas de papel que queden bien y santas pascuas.

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Panchito, se me escapó este magnifico soneto, lo siento.

Es muy real, ¿a quién no le ha pasado eso? A mi desde luego varias veces, hasta que hice realidad eso del restaurante.

Excelente.

Un abrazo
clarinete

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Un saludo desde Valencia
http://luzypapel.blogspot.com/

Qué bueno, Fernando, y dices lo que todos pensamos: los banquetes son preferibles cuando no los ofrece uno, ja,ja!! y si es así, contratar una agencia de festejos que te envíen mesoneros y lavaplatos, así todos felices y bien atendidos.

Me ha encantado tu soneto

Blanca

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El presente es tan efímero que justo cuando lo notamos, se ha esfumado. Escribo para no olvidar esos momentos fugaces.
B. Miosi

http://www.bmiosi.com/

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Saludos desde Barcelona - España.